UN NAUFRAGIO GRABADO EN LA MEMORIA DE CANGAS.
Texto elaborado por Óscar Rodríguez Martínez, socio de A Illa dos Ratos.
A lo largo de la historia fueron muchas las embarcaciones que, por desconocimiento de la zona o por errores humanos, finalizaron encallando o naufragando en la Punta de A Borneira.
Para paliar esta elevada siniestralidad, a principios del siglo XX, el estado decidió instalar una baliza en forma de torre en el lugar donde las rocas sumergidas estaban la menor profundidad pero, como esta medida no tuvo el efecto deseado, posteriormente financiaron un proyecto para establecer en esa baliza una luz permanente con un presupuesto de 56.554 pesetas, una cantidad nada modesta para el año 1908.
A pesar de tomar este tipo de medidas, esta zona continuó siendo testigo de gran cantidad de naufragios y hundimientos como los del Siboney o el Valparaíso entre otros.
El naufragio del Southern Cross está muy presente en el recuerdo de los cangueses
Era a nochebuena de 1909. El Southern Cross era un correo de pasaje que procedía de Liverpool y venía haciendo su ruta habitual pasando por Bilbao y Santander. Pero en aquella ocasión venía por Vigo a recoger pasaje y carga con destino a Buenos Aires y Montevideo ya que, entre otras cosas de valor, iba a llevar material para la Exposición Mundial que se iba a realizar en 1910 en la capital argentina.
Las crónicas de la época recogen que la señalización lumínica de la Borneira estaba apagada a la hora del siniestro. Desde lo Southern Cross confundieron la luz roja de un buque con la referencia de la baliza y la torre de este con el aparato de un velero, acercándose por eso más a la tierra, hasta que tropezó con las rocas quedando sobre ellas.
A las seis de la mañana, en cuanto el vapor quedó encallado, empezaron a sonar las sirenas de a bordo, y la tripulación comenzó a lanzar luces de bengala en demanda de auxilio. A esas señales acudió el vapor María, que en aquella época ya hacía el servicio de Cangas a Vigo y que estaba a punto de iniciar su primero viaje del día, recogiendo cerca del costado del Southern Cross un bote con pasajeros de primera clase.
Además del pequeño vapor dedicado al transporte de pasajeros, acudieron en auxilio del barco accidentado el vaporciño de los prácticos, una traíña de Cangas, un bou inglés que se disponía a hacerse al mar y el aljibe de la Viuda de Molins.
La estas embarcaciones se trasladaron a los 168 pasajeros que transportaba el barco y sus respectivos equipajes. El salvamento se hizo de forma ordenada, gracias a la serenidad de los oficiales del trasatlántico y de los tripulantes de los barcos que acudieron a su auxilio, y por eso hubo una única víctima, un hombre que se lanzó al mar y finalmente ahogó.
Marineros de Cangas subieron al Southern Cross para coger todo lo que pudieron
Con el barco aún encallado, fueron muchos los marineros de la zona que aprovecharon para saquear lo que pudieron. Las autoridades no consiguieron impedirlo y, aunque con posterioridad algunos fueron detenidos, más de una familia canguesa conserva alguna pieza de cristalería y/o vajilla del carguero.
Tal fue el grado al que llegó la obsesión de algunas personas por el buque que, dentro de la memoria colectiva canguesa, perduró en el tiempo a frase «Tienes el Cross en la cabeza» que los cangueses empleaban cuándo alguien se quedaba pensativo.
La armadora del barco contrató a la Sociedad Coruñesa de Salvamento para recuperar elementos de valor como la caldera o un par de coches de alta gama
Participaron tres remolcadores. Sacaron la caldera y dos coches de la prestigiosa marca Humber, que fueron posteriormente adquiridos en subasta por los empresarios Manuel Bárcenas y Manuel Neira por 11.730 pesetas.
En poco tiempo el barco acabó partiendo por la acción del mar, que fue reventando los suyos remaste progresivamente y, desde entonces, permanece en su tumba submarina con algunos secretos en su interior.
Hoy en día el Southern Cross es un pecio considerado una de las inmersiones estrella de la ría de Vigo
El barco sigue posado en la arena a unos 15 metros de profundidad, ya sin la popa, con la proa a unos cuantos metros y con gran parte del casco oculto por la carga que llevaba, cientos de barriles de cal.
Como curiosidad, el mar acabó con los barriles de madera, pero la cal que había dentro sigue manteniendo la forma, de modo que parece que hay barriles invisibles amontonados unos sobre otros formando una montaña de varios metros de altura, sobre una base de 40 por 40 metros.
En el año 2018 la TVG hizo un reportaje muy interesante sobre el Southern Cross en su programa «Buscadores de naufragios» que podéis ver si pulsáis en la siguiente imagen, donde ya podéis ver algunos de esos barriles.
Óscar Rodríguez Martínez
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Óscar Rodríguez Martínezhttps://ailladosratos.org/es/author/oscar/09/02/2021
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Óscar Rodríguez Martínezhttps://ailladosratos.org/es/author/oscar/11/02/2021
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One Comment
Naufragios en A Borneira (II): El Valparaíso » A Illa dos Ratos
[…] a lo largo de la historia, existen 3 pecios perfectamente localizados y catalogados, el Hermine, el Southern Cross y el propio Valparaíso, que configuran un valioso patrimonio histórico que, por su fácil acceso […]