IMPULSANDO INICIATIVAS PARA DINAMIZAR CANGAS II

Texto elaborado por Óscar Rodríguez Martínez, socio de A Illa dos Ratos, a partir de varias conversaciones con el propio Suso “Caramuxo”, pintor y restaurador de imaginería religiosa y ganador del Premio Ignacio Cerviño de Recuperación del Patrimonio 2022 que concede anualmente el Ayuntamiento de Cangas.

Como decíamos en el artículo anterior de esta serie dedicada a Suso «Caramuxo», nuestro protagonista participó en la organización de multitud de iniciativas culturales en Cangas a lo largo de su vida. En este cuarto artículo recordaremos su influencia y participación dentro del Carnaval y las Fiestas de Cristo.

Caramuxo participó en la organización de las Festas do Cristo, siendo presidente de la comisión en varias ocasiones

Las Fiestas del Cristo, otro de los eventos más importantes de Cangas, también tuvieron a nuestro protagonista entre sus promotores. Formando equipo con algunos de los integrantes de la comparsa «Os de Sempre», de la que volveremos a hablar más adelante, consiguieron mejorar mucho las celebraciones incorporando algunas iniciativas innovadoras, sobre todo a partir del año 1980.

Ese año fue el primero en el que se realizó un cartel acorde a la importancia del evento y en el que se publicó por primera vez el tradicional libro de fiestas, que incluía artículos sobre la historia del pueblo.

Los ingresos derivados de la publicidad permitieron que las celebraciones fueran mucho más vistosas con la mítica noria, la plaza de toros, aquel original alumbrado portugués o las actuaciones del Ballet Rey de Viana y el Circo dos Muchachos de Benposta.

Pero también hubo otra iniciativa muy emotiva que mucha gente desconoce y que surgió cuando los organizadores de las fiestas tuvieron conocimiento de que en esas fechas tan señaladas, un grupo de cangueses emigrados en Argentina, que no disponían de los medios para regresar a Galicia, tenían la costumbre de reunirse en el Centro Gallego de Buenos Aires para celebrar con añoranza las Fiestas de Cristo.

Pensaron que sería buena idea localizar a alguna de esas parejas e intentar que vinieran a Cangas coincidiendo con los festejos. Después de mucho trabajo consiguieron contactar con ellos y fue entonces cuando Manolo Pitán, que formaba parte de «Os de Sempre» y regentaba la agencia Viajes Azor, se puso manos a la obra para traerlos a Cangas.

La llegada de aquellos gallegos de la diáspora tuvo un gran impacto en el pueblo y Caramuxo, que aún hoy se siente muy orgulloso de haber participado en aquella iniciativa, recuerda con mucho cariño aquel día en el que las calles de Cangas se llenaron de gente llorando de emoción.

Los protagonistas de esta bonita historia llegaron a Cangas, vía Oporto, la víspera de las Fiestas de San Roque do Monte, sin ser conscientes de todas las sorpresas que les esperaban.

SUSO CARAMUXO
Algunos de los carteles diseñados por Suso «Caramuxo» para las Fiestas del Cristo de Cangas.

Cuando fueron a coger el barco para realizar el trayecto entre Vigo y Cangas observaron con emoción cómo la compañía de pasajes de Suso «Leta» había tenido el detalle de ponerles un barco especial y adornarlo para la ocasión y al salir del puerto de Vigo, otras pequeñas embarcaciones se les acercaron y les acompañaron por la Ría como si se tratara de la tradicional procesión del Carmen.

Vieron entre la niebla el muelle de Cangas y al bajar del barco fueron recibidos por el Tucho «Perete» que hacía de alcalde accidental debido a que  Pepe «Chimé» estaba de viaje, y también por algunos de sus familiares que habían habían sido advertidos previamente (miembros de la familia Mallo, propietarios del actual Hostal y Apartamentos Rodeiramar 2a).

De allí hasta la Ex-colegiata avanzaron entre una multitud que aplaudía emocionada mientras la Banda de música «Belas Artes»  interpretaba «Cangas, pueblo encantador«, uno de los himnos no oficiosos del pueblo.

Frente a la figura del Cristo totalmente engalanada, invadidos por la intensidad del momento, comenzaron a llorar con una gran emoción que seguiría a la flor de piel en la posterior recepción oficial que se les brindó en el antiguo Ayuntamiento, como invitados de honor de las Fiestas.

La idea era que estuvieran presentes en los actos principales del programa y esa misma noche estaba prevista una actuación del Ballet Rey de Viana en el campo de fútbol de Massó. 

La actuación del Ballet Rey de Viana en Cangas fue un acontecimiento que tuvo gran repercusión en la localidad

El Ballet Gallego Rey de Viana fue una iniciativa cultural que había surgido en 1955 de la mano del coreógrafo José María Rey de Viana y su esposa, la profesora de danza Victoria Canedo.

Su intención era recuperar y dar un aire más artístico a lo que en su momento se conocían como «danzas gallegas» y para ello contaban con un nutrido grupo de bailarines, gaiteros, tamborileros y pandereteros pero también con otro tipo de profesionales como modistas, diseñadores, escenógrafos o técnicos de luz y sonido.

SUSO CARAMUXO
Cartel promocional del Ballet Gallego Rey de Viana.

Tras una importante trayectoria reconocida internacionalmente, en 1971 la empresa fue donada por sus fundadores a la Diputación Provincial de A Coruña, que a partir de ese momento tomó el proyecto bajo su amparo y destinó recursos para que sus integrantes continuasen llevando por todo el mundo esa parte tan relevante de la cultura gallega.  

Aquella actuación se iba a realizar gracias a un convenio autonómico que establecía que el Ballet Rey de Viana actuaría dos veces en cada provincia gallega, y Cangas había sido una de las localidades seleccionadas dentro de la provincia de Pontevedra.

Quienes asistieron cuentan que fue un espectáculo memorable, pero lo que mucha gente no sabe es que casi no se celebra porque al principio José María Rey de Viana, que estaba acostumbrado a actuar en lugares prestigiosos como Nueva York, se negaba a actuar en aquel recinto que a su juicio no reunía las condiciones mínimas para un espectáculo de aquellas características.

Los miembros de la comisión de fiestas intentaron calmarlo, pidiéndole que confiara en ellos y les permitiera trabajar para acondicionarlo.

Se pusieron manos a la obra y movilizaron a media Cangas para intentar hacer los vestuarios masculino y femenino y un escenario de 200 M2 en un tiempo récord. Varios almacenes de la zona como el taller de La Fe o Aluminios Pandiña se pusieron a disposición de los organizadores, pero como pensaron que seguramente necesitarían todavía más madera, acordaron entrar en la ballenera de Massó para llevarse alguna que había allí.

Habían transcurrido unos pocos meses desde el atentado perpetrado en Marín por el grupo ecoterrorista Sea Shepherd contra el Ibsa I y el Ibsa II y los ánimos estaban bastante caldeados. Caramuxo y otro compañero conocido como Miguel «O Mosca» entraron sin avisar a nadie de la empresa y cuando estaban en pleno trabajo fueron sorprendidos por un guardia de seguridad que estaba en estado de ebriedad y que les apuntó con un arma.

Por suerte, esa imprudencia quedó en anécdota y como les dijo horas después el encargado de la ballenera, «Cantinflas», cuando fue a indagar sobre lo sucedido: «De la que os habéis librado«. 

Mientras esto sucedía, muchos voluntarios cargaban todas las sillas que estaban disponibles en los grupos escolares, utilizando carritos, autos y camionetas, para que formasen parte del «patio de butacas» donde los asistentes disfrutarían de aquella importante actuación.

Cuando Rey de Viana volvió a ver cómo había quedado el recinto tras la «reforma» y observó el esfuerzo hecho por todo el pueblo de Cangas, dijo » aquí bailo aunque sea encima del canto de un duro«.

La actuación , como no podía ser de otra manera, fue un gran éxito y al ser la primera vez que la prestigiosa compañía actuaba al aire libre, los coreógrafos decidieron aprovechar esa circunstancia para que la actuación tuviera un final más espectacular.

El acto final de la representación era una escena que se desarrollaba en una especie de romería. Comenzaba con la procesión de un santo acompañado de unas jóvenes con mantones cuando de repente, al finalizar la procesión, comenzaba un baile en el que se representaba una pelea entre dos de los danzantes.

En ese momento, cuando nadie se lo esperaba, un lanzacohetes de Cangas, vestido con la misma ropa que el resto del reparto de la obra, lanzó unas bombas que sorprendieron a un público entregado, que se levantó espontáneamente y comenzó a aplaudir efusivamente.

José María Rey de Viana salió a saludar muy emocionado y casi se arrodilla ante el pueblo de Cangas, asegurando que lo llevaría siempre en el corazón.

SUSO CARAMUXO
Retrato de José María Rey de Viana que aparecía en la revista que editaba la Excma. Diputación de A Coruña en la que se presentaba el Ballet Gallego Rey de Viana.

Suso «Caramuxo», uno de los impulsores del «Carnaval de Cangas»

De todos es sabido que el grupo «Os de Sempre» tuvo un papel muy relevante en los orígenes del Carnaval de Cangas. En aquella época Caramuxo colaboraba con ellos diseñando el vestuario, las carrozas y pintando los estandartes, y recuerda con cariño muchas anécdotas.

SUSO CARAMUXO
«Os de Sempre» llevando al Momo en una carroza diseñada por Caramuxo en el Carnaval de 1980.

Algunas no las podemos contar aquí, pero queremos dejar aqui recogida una muy curiosa que ocurrió en el año 1977 cuando «Caramuxo» fue detenido por la Guardia Civil y conducido al cuartel que se encontraba donde hoy tenemos el edificio del Ayuntamiento.

Durante el franquismo, aunque el carnaval estaba prohibido, las autoridades de Cangas hacían la vista gorda para que se siguieran celebrando los Carnavales de O Hío. Con la muerte del dictador, la gente estaba ansiosa por recuperar aquellas celebraciones pero como no se había publicado oficialmente un decreto eliminando la prohibición, había que tener cuidado con la Guardia Civil porque algunos de sus miembros eran bastante estrictos en algunas ocasiones.

Ese año la comparsa «Os de Sempre» tenía una canción criticando la labor del entonces alcalde, D. Eduardo López Rodríguez «O Jaiba» (apodo que tenía que significaba «nécora brava») y en la que también se hacía alusión al cura y a otros políticos como D. Fortunato, que había sido el último alcalde del franquismo.

«Jaiba, Bobiño, Fortunato e Gabriel

que fixestes co pobo, acabastes con el

fixestes buzóns, fixestes chalés

e agora marchades, comendo bistés»

«Xa temos cura novo (D. Jesús) e tamén sacristán

o cura que había antes era terco e charlatán».

La Guardia Civil detuvo a Suso «Caramuxo» por entender que aquellas letras no eran políticamente correctas y pese a sus esfuerzos por convencerles para que le dejaran en libertad, no le soltaron hasta que los miembros de la comparsa supieron que estaba en el cuartel y fueron a «rescatarlo». Finalmente el Teniente Borrego atendió a razones, decidió dejarlo en libertad y acabaron todos juntos tomando la «chiquita» frente al cuartel, en la taberna do Mancha.

SUSO CARAMUXO
Carroza del Momo diseñada por Caramuxo.
 
Óscar Rodríguez Martínez
Presidente A Illa dos Ratos en | + artigos

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