18 DE JULIO: HOMENAJE REPUBLICANO EN SAN SIMÓN
Texto elaborado por Aitor González Bamio, estudiante de Historia de la Facultad de Geografía e Historia de la USC. Fotografías del evento publicadas en redes sociales y posteriormente cedidas para este artículo por la Asociación 28 de agosto de Cangas.
El 18 de julio se corresponde con el aniversario del golpe de Estado contra la Segunda República y el inicio de la Guerra Civil Española (1936-39) cuyo desenlace se asentaría en el poder -violencia mediante- el bando rebelde. Con Francisco Franco al frente, España atravesaría una dictadura de casi cuatro décadas donde no habría lugar para la reconciliación, la paz o el perdón de los vencidos.
«Iniciativa Galega pola Memoria» organiza cada año un evento en la Isla de San Simón
Con el objetivo de velar por la reivindicación de las víctimas del franquismo, las asociaciones que se encargan de mantener viva la memoria histórica en el entorno se coordinan anualmente (Iniciativa Galega pola Memoria) para organizar un evento en la isla de San Simón.
En la edición de este año, con un número de plazas tristemente atenuado por la pandemia, la jornada comenzó con una visita guiada por el complejo. Las explicaciones dadas por el profesor Matías Rodríguez da Torre nos hicieron empatizar con el terror y el malestar que se sentía en cada rincón hace ochenta años, en el escenario donde sucedió todo lo relatado.
La ruta comenzó en la isla de San Simón y, tras recorrerla por completo, todos cruzamos el fatídico puente que une la isla con su hermana menor, San Antón, donde se encuentra el cementerio.
Por lo general, cuando un prisionero cruzaba este puente, caminaba hacia su ejecución. De hecho, San Antón ha sido una isla desafortunada desde la época del Lazareto.
En el contexto del campo de concentración, la función de esta isla más pequeña era albergar a los guardias que estaban al servicio del régimen, agentes del terror y la represión en el lugar.
No había mejor lugar para el homenaje que la isla de San Simón y una vez que estuvimos todos en San Antón comenzó el grueso del encuentro
El acto central se centró en recordar el calvario físico y psicológico al que fueron sometidos los presos, pero sin olvidar la desolación de la que eran partícipes sus seres queridos más allá de esa inexpugnable frontera natural.
El papel de las mujeres de los presos fue especialmente significativo. Como dicen en el museo de entrada libre que hay en la isla, era común verlas en el otro lado de la ribera. En su desesperación, introducían comida en las cunas con la esperanza de que les llegasen flotando a sus maridos.
Muchas de estas mujeres y familias venían de lejos y asumían un elevado gasto para desplazarse a la isla, sabiendo que solo podrían ver a sus maridos a través de una reja, ya que no se permitía el contacto físico en los locutorios.
Además, eran humilladas por los guardias de la prisión, sobre todo cuando intentaban llevar a sus maridos algo para comer. El miedo a que los guardias se quedaran con las raciones que tan cariñosamente les llevaban a los presos estaba a la orden del día.
La hambruna era tal que los reclusos explotaban la riqueza y la biodiversidad de las costas de la isla para obtener mariscos. Comían moluscos crudos y esto a menudo los convertía en víctimas de dolencias digestivas.
Durante todo el día, el evento estuvo adornado por el glorioso sonido de los Gaiteros de la Memoria
Ya antes de comenzar el acto central estos Gaiteros de la Memoria interpretaron el Himno de Riego, son de la libertad contra la opresión: en 1820 contra el absolutismo de Fernando VII y desde 1936 contra el fascismo de Franco.
En esta ocasión, el acto contó con la presencia de varias personalidades: la primera de todas fue la de la escritora Eva Mejuto , autora de «La lavandeira de San Simón« . Desde el micrófono, nos leyó a todos uno de los pasajes más conmovedores e ilustrativos de su libro y dedicó unas hermosas palabras a la causa.
A continuación, intervino Carlos Babío, coautor de “Meirás: un pazo, un caudillo, un espolio”. Fue entonces, cuando la joven promesa viguesa, Sheila Patricia, nos premió con su hermosa voz. Interpretó canciones de su propia cosecha y una versión musical de un poema de Lorca (Pequeño vals vienés), una de las víctimas más significativas del conflicto fratricida español.
Los gaiteros se despidieron del homenaje tocando el himno gallego, que estuvo acompañado por el coro de voces de todos los presentes. La lengua gallega, que lleva consigo todos los prejuicios que dejó el deseo de unificación de Franco, actúa como una forma de lucha y rebelión sin parangón. Finalmente, se realizó una ofrenda floral. El lema del acto fue: «fascismo nunca máis».
Me gustaría enviar una serie de agradecimientos desde aquí. En primer lugar a la Asociación 28 de Agosto de Cangas, dedicada a la recuperación de la memoria histórica en nuestro municipio. En particular a Camilo Caamaño y Xoán Chillón y, en general, a todos sus integrantes. No debemos olvidar que este fue un homenaje realizado por y para el pueblo, sin la intervención de órganos superiores.
La crítica es un fantasma inevitablemente presente en la visita. La isla parece más un complejo turístico que una isla dedicada a crear conciencia y preservar la memoria histórica. Si bien es cierto que no es para menos, porque existen pocos lugares con más historia que San Simón cuando su tierra fue pisoteada por monjes de las más diversas órdenes, piratas y leprosos, debería ser una isla que, como campo de concentración, actúe como recordatorio de las atrocidades que la humanidad es capaz de cometer.
Nos referimos a San Simón con el seudónimo de “la isla de la memoria”, porque como citaba nuestro guía, todo gallego de la época conocía a alguien que había estado preso o había pasado por el complejo penitenciario.
Suele decirse que en Galicia no hubo «guerra», solo represión y esta isla es el emblema del sufrimiento más inmediato de la posguerra. Sin embargo, allí fueron encarcelados muchos hombres de diferentes nacionalidades.
Reanudando los agradecimientos, una mención especial a Alba que me dio acogió a su lado durante el acto y que, experta y curtida de conocimientos por las asistencias previas a este evento anual, actuó como mi guía personal. Y a su padre, un hombre muy sabio. Por último quiero enviar un saludo cariñoso a Sabela, a quien también conocí en esta interesante visita, y a Mario y Silvia, los profesores que me guiaron en la investigación histórica de estos tiempos más recientes.
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