LIBROS DESDE EL MORRAZO PARA EL MUNDO, Y VICEVERSA.

Texto elaborado por Anxa Correa, editora en Rinoceronte. 

Rinoceronte Editora es una pequeña editorial con sede en Cangas que traduce literatura internacional al gallego, que inició su actividad hace quince años. En los últimos tiempos hemos publicado en nuestro sello principal un par de trabajos de autores extranjeros que ofrecen su punto de vista sobre este rincón del mundo, durante sus viajes o estancias en nuestro país.

Autores extranjeros con una visión personal y diferente de O Morrazo 

El primero de ellos es John S. Potter , un cazador de tesoros estadounidense que llegó a la ría de Vigo en los años 50 con la intención de recuperar el tesoro de la Batalla de Rande, con un equipo de buzos.

En el libro Tras o rastro do Santo Cristo de Maracaibo se recogen algunos hechos de la época que tuvieron gran repercusión en Moaña, como el siguiente:

“En la mañana del 10 de noviembre de 1956, durante la marea baja, aparecieron los cuerpos ahogados y aplastados de dos marineros en la costa de las Islas Cíes, de cara al mar abierto. Una noticia espantosa circulaba entre varias familias estrechamente relacionadas de Moaña, un pequeño pueblo de pescadores en la orilla norte de la ría de Vigo. Uno de sus barcos de pesca desaparecerá en el mar. A bordo iban veinticinco hombres y jóvenes».

Los titulares del periódico del día siguiente confirmaron la terrible noticia:

Consternación en toda la ría por la catástrofe del Ave del Mar.

El número de personas afectadas por esta gran tragedia llega a mil

En algún momento de la noche del día 9, cuando el pesquero de veinte toneladas con ese romántico nombre buscaba el camino de regreso a puerto en medio de la niebla y la lluvia, chocó contra los arrecifes del costado de las Islas Cíes con vista al océano. , y había sido destruido por el mar embravecido.

Desde Vigo enviaron dos buceadores a buscar los cuerpos de las víctimas. Cayeron al agua con sus sogas y mangueras de aire y llegaron a un lecho marino de ásperas agujas de piedra y barrancos retorcidos, cubiertos por una jungla de algas. Atados por su vistoso traje de buceo, tuvieron que rendirse sin encontrar un solo fragmento de los restos del naufragio.

Potter retrata la sociedad de esa época en nuestra comarca desde la perspectiva de un estadounidense. Algo diferente a lo que ofrece Christina Lilliestierna en Vivir na fin do mundo , en el que la periodista y escritora sueca relata su nueva vida en Galicia a finales de los sesenta.

Lilliestierna no es una viajera que llega a Galicia en busca de tradición y primitivismo, sino que se ha convertido en nuestra compatriota sueca. Desde el Pazo do Cadro de Marín, escribe sobre las antiguas costumbres de nuestros antepasados, sus prácticas mágico-religiosas, la forma de cultivar la tierra y hacer frente a las enfermedades. Destacamos el episodio en el que la autora planea una exposición de artistas locales en su casa y tiene que ir a O Hío a buscar a Manuel Coia:

“El pueblo se llama Hío. Está en la punta de O Morrazo y es famosa por su gran crucero de piedra, en la que una veintena de personas forman un grupo alrededor del crucificado. La carretera termina en la aldea. Preguntamos por Manuel Coia, el escultor: ¿dónde vive? Nadie lo sabe, niegan con la cabeza. No hay ningún escultor. ¿Será el carpintero? Pero el carpintero se llama Pérez. Seguimos preguntando. Vamos a la iglesia, al lado del crucero. El sacerdote tendrá que saberlo. Pero antes de reunirnos con el cura le pegamos a un niño:

«¿Sabes dónde vive Manuel Coia Franco?» – mejor evitar el término «escultor». Sí, lo sabe, pero no está aquí, sino más allá, en una aldea más pequeña. Él puede mostrarnos el camino. Está muy mal, pero se puede llegar en coche.

Nerga está aún más sumergido en el mar. Allí termina el camino de todo, de repente, frente a una cabaña blanca. ¿Habrá siquiera luz eléctrica? Seguimos a pie por los surcos de los carros sobre el granito, entre manzanos y vallas torcidas que crecen en las rocas. El niño pasa y nos señala una puerta en una cuesta; ahí vive Coia. Y desaparece como si tuviera miedo de ser visto.

La puerta nos lleva a un pequeño gallinero. Media docena de gallinas de cuello desplumado picoteaban en una era mugrienta. Se abre una ventana sobre las gallinas y aparece una anciana:

«Espera, espera, ahora bajo».

Y bajar las escaleras de lo que pensamos que era el gallinero. Es una mujer delgada y encorvada con un pañuelo negro sobre sus canas. La trenza habitual parece una cuerda pulida. Lleva un niño con mocos en el regazo, envuelto en una falda vieja.

Allí, entre las gallinas y las ortigas, volvimos a preguntar por Manuel Coia, el escultor.

“Manolo, sí, vive aquí”, dice señalando todo el gallinero. Siempre camina con trozos de madera, pero no sabría si es un escultor o un perezoso. Ahora no está, pero si queremos podemos esperarlo en la calle, que ya llegará.

Esperamos «en la calle», y la anciana nos acompaña. Se ve hosca y de mal humor. Pregunta con su voz dura a las mujeres de las casas cercanas:

«¿Viste si Manolo se fue a las patatas o se sentó junto al mar, como siempre?»

Las mujeres dicen que Manolo se fue a las patatas y que vendrá pronto.

La anciana nos cuenta el dolor que le causó su yerno:

– No quiere trabajar como la gente normal y puede pasar todo el día junto al mar mirando las olas y fumando. Podríamos tener una vaca, como los demás, pero se mete en el sótano con sus maderas, y a veces día y de noche. Además cierra con llave, y no se puede coger un trozo de leña o una raíz para hacer fuego cuando hace falta. Porque ni siquiera le importa la leña. ¡Ni hablar! La mejor madera que encuentra la esconde dentro: corta, dora, golpea con el martillo y se tira noches enteras allí, que una ni siquiera puede dormir. Es una desgracia, un castigo, una calamidad «.

Rinoceronte también tiene algunas publicaciones directamente relacionadas con O Morrazo

O Morrazo está presente en otro de los sellos de Rinoceronte, Ediciones Morgante, de carácter más generalista:

A carpintería de ribeira en Galicia (1940-2000) es una obra de José María de Juan-García Aguado que explica en detalle el proceso de construcción de un barco de madera de forma prácticamente artesanal, acompañado de fotografías, ilustraciones y gráficos. Proporciona información sobre los maestros constructores de Galicia, muchos de ellos de Moaña, como Marcelino Cancelas, Victoriano Santomé o Pedro Rioboo Casqueiro, y sobre los astilleros del Morrazo.

La historia de algunas de las industrias más importantes de la comarca también está presente en la obra  As canteiras do litoral moañés de Tamara Campo Táboas , una novedosa y amena investigación sobre la actividade de extracción de la piedra en los montes de Moaña durante la primera mitad del Siglo XX, y a raíz de la que la Asociación A Illa dos Ratos diseñó la ruta “Canteras del litoral de Moaña” .

Redacción A Illa dos Ratos
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