ANTIGUOS PUENTES DE PIEDRA COMO PATRIMONIO OLVIDADO

Texto elaborado por David Pereira Martínez, arquitecto urbanista e investigador de la Universidad de A Coruña, miembro del equipo de la Estrategia Rialdarca.

La primera parte de este artículo describía el patrimonio asociado a los caminos de la parte baja y más conocida del Sendero de Rialdarca. En esta segunda parte explicaremos y daremos apuntes para interpretar mejor los pasos, el territorio y la memoria de la parte alta y menos conocida, en los alrededores y por encima de la carretera de Marín (PO-313).

El paso de la carretera de Marin: los antiguos puentes de piedra como patrimonio olvidado

Durante la elaboración de la Estrategia Rialdarca se ha estudiado en detalle la evolución de este territorio a lo largo del tiempo. Las carreteras llegaron muy tarde a un país que ya contaba con su tradicional red de caminos tradicionales (como vimos en la primera parte) y vinieron a ponerse sobre ella, por eso los caminos casi siempre continúan a ambos lados de la carretera, porque primero fueron los caminos y luego llego la carretera.

En el siguiente par de imágenes aéreas de 1956 y 2017, con la misma escala y extensión, se puede ver esta red de caminos tradicionales en el territorio y cómo ha cambiado el espacio entre Sanchelán y Sabaceda.

RIALDARCA, PATRIMONIO Y MEMORIA

Nos interesa explicar este espacio porque aquí se unen los afluentes que forman el río de Rialdarca, que pueden adivinarse en la foto antigua de la izquierda siguiendo las masas oscuras de árboles entre los campos de cultivo intensivo. También en la misma foto podemos ver cómo estos afluentes cruzaban la carretera de Marín por dos curvas, hoy en día rectificadas en una, donde se encuentran los dos puentes de piedra originales de la carretera, uno más cerca de Sanchelán y el otro de Sabaceda.

Desconocemos la datación exacta de estos puentes de valor patrimonial, pero al menos en 1940 ya aparece la carretera en los trabajos para los mapas del Instituto Geográfico. Las huellas de estas antiguas curvas de la carretera original aún son visibles en los ensanchamientos de la actual. No fue hasta después de la década de 1970 que se modificó la carretera de Marín y se realizaron las ampliaciones de los puentes que hoy vemos en hormigón armado y que constituyen un paso inferior para cruzar la carretera de forma segura.

Hay que agradecer a los constructores de los puentes originales que los realizasen de forma amplia, ya que estas dimensiones históricas fueron respetadas en la ampliación, en un momento en que ya se estaban realizando obras con menor amplitud. Posteriormente en los años 80 hasta el 2000 fueron apareciendo la gasolinera y las diferentes naves que vemos en la actualidad y a partir del 2000 fueron restando cada vez más espacio a las orillas del río. 

En las siguientes imágenes se pueden ver los puentes de piedra del camino al que nos referimos, a la izquierda el de Sabaceda y a la derecha el de Sanchelán, que ya és utilizada en el Sendero de Rialdarca.

RIALDARCA, PATRIMONIO Y MEMORIA

Se trata de dos puentes antiguos de notable interés histórico y artístico sobre los dos afluentes de Rialdarca, siendo el mayor el más cercano a la gasolinera

No tenemos una fecha exacta, pero sabemos que son los originales de la carretera Moaña-Marín y que esta vía es del cambio de siglo entre el XIX y XX, al igual que la carretera Moaña-Vilaboa.

Hay que entender la lógica de estos nuevas vías en su época (sin el puente de Rande y sin coches), para unir Moaña con la capital, Pontevedra, a través de diligencias y carruajes tirados por caballos, donde antes solo se llegaba por «corredoiras» y caminos de carros, como el de O Pedroso y otros que se explicaron en la primera parte.

Los dos puentes tienen características similares y el más cercano a Sabaceda está en el Catálogo de Protección del PXOM. Tienen unos 4 m de alto, 2,4 m de vao y unos 6 m de ancho, que era lo que tenía originalmente la calzada. Tienen base de piedra ligeramente sobresaliente, muros verticales y arco de medio punto. Su piedra es de perpiaños regulares y bien trabajados.

Estas nuevas construcciones para las nuevas vías de comunicación no solo cumplieron su propósito, sino que bebían de una gran idea de progreso. La incertidumbre que acompañó a la técnica en su momento hizo que se tomaran todo tipo de precauciones, como dar más espacio a los ríos o engrosar los muros, lo que hace que los ojos de hoy parezcan estructuras majestuosas y mucho más generosas que las de hoy. Esto genera menos problemas con las inundaciones y da espacio para pasar un camino por debajo, como había propuesto hace años Ana Pastoriza de Creativo Rialdarca.

En el puente más cercano a Sanchelán ya existe una actuación por parte de los vecinos del barrio para permitir su uso para cruzar por debajo la carretera, evitando peligros y permitiendo observar sus valores

En el puente más cercano a Sabaceda se puede acceder por el lado inferior, pero varias piedras de la propia cornisa del puente dificultan la subida.

En el futuro, ambos puentes deberían ser el paso seguro para los senderos naturales que conectan el centro de Moaña con Hermelo y el monte Paralaia (Monte da Cruz). Es de esperar que en el menor tiempo posible las administraciones (Ayuntamiento, Augas, AXI estradas) puedan actuar para permitir un paso más cómodo, una mejora de los puentes y una limpieza y revisión.

El paisaje de bancales y «levadas» de la parte alta de la cuenca de Rialdarca

Tras pasar la carretera, se puede continuar por los senderos que siguen los afluentes del río de Rialdarca para ir por un lado a San Martiño y Hermelo (Bueu) y por otro a la Fonte do Cabalo, a Os Piñeiros y al Monte Paralaia. Vamos a centramos en el primero que sube por Sanchelán por detrás del cementerio municipal siguiendo la servidumbre de una vía fluvial en desuso, como se puede apreciar en la imagen de abajo.

RIALDARCA, PATRIMONIO Y MEMORIA

Se trata de un paisaje que cambia con respecto al de la zona baja con el camino más consolidado. Pasamos ahora por una zona de campos de labradío -muchos de ellos hoy solo con hierba- que llegan a un río, ya con menos entidad, y que se disponen en bancales para salvar el desnivel del terreno, que ilustra la típica estructura agraria de la zona.

Como los afluentes de la zona alta ya tienen menos caudal, lógicamente desde aquí la gente sabiamente no construyó molinos y todas las «levadas» que veremos fueron hechas para el riego de los campos, lo que los hizo mucho más productivos. Estos regadíos tienen mucho que ver con el destino del camino, con Hermelo y con su antiguo monasterio, ya que fueron estos monjes los que introdujeron en la Alta Edad Media estos sistemas de levadas y regadíos por gravedad que aún hoy constituyen el paisaje agrario.

Continuando subiendo llegamos al pie del Monte do Castro de San Martiño, donde como su nombre indica, se encuentra el castro donde vivían los habitantes del lugar antes de la fundación de la parroquia. Se han encontrado diferentes vestigios históricos, y por ellos sabemos que fue romanizada en su última etapa, pero aún no excavada.

Aquí, al pie del Monte do Castro, se puede optar por ir a la izquierda por la zona vieja del Iglesario y admirar la arquitectura popular que rodea la iglesia de San Martiño del siglo XII, o ir a la derecha y rodear el Monte do Castro por un zona forestal de menor pendiente, para así continuar por el corredor verde que nos permite estar más en contacto con la naturaleza. Ambos caminos convergen nuevamente por debajo del corredor, y cruzarlo nos lleva al Monte Aberto (Área del Leñador) y Hermelo.

El paso del corredor y la conexión del Sendero de Rialdarca con el monte

Destacamos al inicio del artículo los puentes históricos de la carretera Marín (PO-313) porque nos hablan de una época donde la nueva infraestructura era de gran calidad y servía a una gran idea de progreso, integrándose mucho más naturalmente con el medio ambiente y permitiendo ser atravesado libremente por ríos y senderos.

Esto contrasta con nuevas infraestructuras como el Corredor y la Autovía do Morrazo, donde solo se ha dejado una pequeña tubería para estos ríos que no permite ni permitirá ningún tipo de mejora, ni natural ni para el paso de personas.

En el caso del camino de Rialdarca por Fonte do Cabalo y Os Piñeiros, la conexión con la montaña está bien resuelta, ya que hay un paso elevado sobre este barrio que cruza la autopista y permite continuar el camino hacia Cruz da Paralaia. Pero en el caso de este camino histórico que explicamos entre San Martiño y Hermelo, se cortó este enlace y hoy tenemos que bajar a la rotonda del corredor con el enlace a Cangas para volver a remontar una cuesta de gran dureza.

Por la seguridad de las personas y para reconectar a Abelendo con su monte, es de esperar que en algún momento se pueda realizar un paso elevado en este punto sobre el corredor que restituya el camino histórico y devuelva ese sentido y memoria a esta ruta, que no se puede entender sin su conexión con Hermelo.

Esperamos que en el marco del desdoblamiento del corredor o del falso túnel de contención de la ladera a ejecutar, las administraciones sean sensibles para realizar este paso elevado que pone en valor y acaba de finalizar este Sendero de Rialdarca que conecta mar y monte, el nuevo centro de Moaña con el antiguo centro de Hermelo.

Sirva este artículo en dos partes como reflejo del potencial de este corredor ambiental y cultural, será de todos nosotros exigir su cuidado y respeto.

Queremos agradecer a David Pereira por regalarnos estos dos interesantes artículos que nos dan una visión global de la Estrategia Integral para la recuperación del valle de Rialdarca.

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