LAS NIÑAS DE LA ESCUELA DEL PATRONATO DE MASSÓ

Texto elaborado por Óscar Rodríguez Martínez, socio de A Illa dos Ratos, a partir de la información facilitada por Rosario Entenza Mallo, antigua alumna de la escuela de Massó.

En este segundo artículo de la serie «Recuerdos de Massó», ponemos nuestro foco en la Escuela del Patronato de Massó recogiendo el testimonio de Rosario Mallo Entenza, asistente a nuestras rutas y que fue una de esas niñas que vivió en primera persona como era el día a día en aquella escuela tan especial vinculada a la fábrica. 

Mis recuerdos más profundos y entrañables de la escuela de Massó

En los años en los que la empresa Massó desenvolvió su actividad en Cangas, fueron muchos los niños y niñas que pasaron por la llamada “Escuela del Patronato de Massó”, una institución situada en el antiguo hotel del complejo industrial cangués que ofrecía a los hijos e hijas de los trabajadores y trabajadoras el acceso a una escolarización muy diferente a la que conocemos hoy en día.

Con la reforma integral del hotel para convertirlo en viviendas sociales, la escuela pasó del ático a la planta baja y pasó de tener un aula a tres

En la escuela de Massó eran tres aulas, una de niños, otra de niñas, y había una de los más pequeños que estaba en una sala detrás del mostrador del hotel de Massó.

La sala de recepción era un sitio muy amplio y particular: imaginaros un hotel donde el recibidor era el distribuidor para las tres aulas. Creo recordar que había una chimenea en el centro con un amplio espacio para todos nosotros.

A la derecha quedaba el aula de Don Paco, que era el maestro de los niños, y a la izquierda el aula de Doña Sagrario, que se encargaba de las niñas. En la de los más pequeños daba clase la señorita Montse, que era la más joven de todos los profes.

El aula de las niñas a mí me parecía enorme y, de hecho, creo que lo era. No sé exactamente cuantas niñas estábamos allí, pero lo que si recuerdo es que había niñas desde los 8 años hasta los 14 o 16. Unas ayudábamos a las otras, sobre todo las mayores, que hacían muchas veces de madres de las más pequeñas, así como también nos explicaban las cosas que no entendíamos.

Los pupitres eran de lo más prácticos. Tenían bancos para sentarse que estaban unidos a una mesa con una pequeña inclinación y que contaba con un tintero y un pequeño hueco para poner los lápices. Era estupenda esta mesa! De hecho, creo que son mucho mejores que las que hay ahora. 

Las aulas tenían muchas ventanas, con pequeños sitios como una pequeña galería cuadrangular que sobresalía del cuadrado perfecto del aula y que quedaba algo más escondida de la profe, por lo que era donde podíamos hablar y contarnos nuestras cosas. Creo que la de los niños era igual.

Algunas veces nos juntábamos con los niños, cando así lo requería la ocasión. Teníamos por fuera unas escaleras que daban mucho juego. Ahí jugábamos a la «pita», a las alturas y, en el camino de delante, jugábamos al brilé, a la comba o a las “casitas”.

Era impresionante lo que teníamos alrededor de la escuela, espacios amplios, llenos de jardines donde podíamos jugar sin ruidos y sin miedo a que pasaran coches o personas ajenas.

Los niños y niñas de la Escuela del Patronato de Massó iban aprendiendo según el interés y la capacidad de cada uno

Niñas en la entrada de la escuela de Massó. Rosario es la primera niña vestida de blanco en la segunda fila empezando por abajo.

No había prisa por llegar a ningún lado! Recuerdo que cuando la profe Doña Sagrario se ponía enferma venía su hijo a darnos clase y todas estábamos entusiasmadas y con la clase alborotada. Además de todo esto la mayoría de nosotras teníamos nuestras madres, hermanos, o incluso padres, trabajando muy cerca.

Con 11 años fui para el colegio de San Roque, al igual que la mayoría de nosotros, pero estoy segura de que cada vez que pasamos por delante de esta escuela la recordamos como una escuela abierta, donde todas y todos contribuían a que funcionase!”

Queremos agradecer a Rosario su participación en este artículo para nuestro blog y colaborar para que sigamos haciendo esta labor de recopilar contenidos adicionales a lo que venimos contando en nuestras rutas.

Óscar Rodríguez Martínez
Presidente A Illa dos Ratos en | + artigos

One Comment

  1. Ana María Soto Landeira, la asistenta social de Massó » A Illa dos Ratos

    […] Actuaba como mediadora para solucionar cualquier problema a nivel laboral de los/as empleados/as y para mejorar su vida a través de la cultura; abogó por la organización de unas clases para disminuir su índice de analfabetismo. En este sentido, también ayudó a tramitar becas de estudio para los hijos/as de los trabajadores/as que estudiaban en la “Escuela del patronato de Massó”. […]

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