ASCON: EL GRAN ASTILLERO DE MOAÑA

Texto elaborado por D. Manuel Pérez Rúa, sociólogo y autor de la tesis doctoral “Creación e transformacións da cidade litoral: Moaña, 1950-1987. Política, urbanismo, vivenda e sociedade ”. Fotografías recogidas en el libro «Moaña Historia Fotográfica, Tomo III» cedidas por la A.C Nós.

Pescanova y Ascón fueron alternativas laborales a la pesca de altura o la emigración para los moañeses

Para la mano de obra moañesa de los años sesenta, no solo se abrieron oportunidades laborales en la pesca de altura o en la emigración. La coincidencia en el tiempo de dos fenómenos empresariales de escala internacional y alto nivel de empleo como Pescanova y Ascon, hizo que el astillero fuese aquel lugar, en tierra, que codiciaba todo trabajador de la ría de Vigo en un tiempo de huida del trabajo en el mar, duro e inseguro.

Xoán Carmona Badía nos introduce a los antecedentes del astillero Ascon:

“ Hasta la década de 1950, la gran empresa del naval de Vigo era Hijos de J. Barreras y la persona clave era José Barreras Massó. En la década de 1950 están trabajando en Barreras su hijo, José Barreras Bolívar, y su sobrino, Alejandro Barreras Barret que se convierte en el hombre de confianza de José Barreras Massó desde el punto de vista técnico. Alejandro Barreras, por así decirlo, es quien tiene «el astillero [Ascón] en la cabeza».

Es él quien trae a un ingeniero, al que llamaban «el alemán», Guillermo Gefaell, que también entra a trabajar en Barreras. Cuando Alejandro Barreras decide irse y se lleva a Guillermo Gefaell, a finales de los 50, Alejandro Barreras es uno de los fundadores de Ascon y Ascon nace con el saber hacer de Barreras que fue el gran astillero de Vigo”.

La percepción de los trabajadores del astillero apunta a varios factores como el cambio de estatus que cita Lois Pena Viéitez (Moaña, 1949) «trabajar en el Laton [Ascon] era un signo de calidad: no te ibas al mar«.

Julio Alonso Cebada (Vigo, 1949) habla de la búsqueda de un mayor nivel salarial, «los mejores trabajos en Vigo eran Ascón y banca«. La seguridad y el aumento de los ingresos de los trabajadores crearon en el imaginario popular una especie de Eldorado, a partir de 1961 cuando la percepción social era que no era necesario ir a la CTE, a «Holanda» o a «Pescanova» porque «en Ascón, ‘se ganaba bien la peseta’, y empezaron a comprarse motos, coches y a hacer casas, recuerda José Díaz Calvar (1940-2019) que trabajaba en la cantera que existió previamente al astillero, luego en el muelle, siendo el encargado de montaje en Ascón y estimando que antes de 1960 unas 30 personas podían trabajar en el astillero. A lo largo de su vida laboral fue viendo como gremios enteros de Moaña, como los patrones y obreros de los barcos de carga y de transporte de Domaio – los «barcos de la piedra» – iban entrando sucesivamente en el astillero de Meira: «Joaquín de Rúa, Manolo de Concha, Varela, Antonio Regueira, Magallanes…, dejaron de andar con el mono por encima de los tablones y, en una semana, estaban todos trabajando como peones», resumiendo que «toda Meira y todo Domaio, aunque fueran jóvenes en las contratas, pasaban por Ascon”.

LAS VOCES DE ASCON Y GUARDAR LA GUÍA
Nave de montaje en Ascon. Años 60 (Archivo de la A.C Nós. Libro «Moaña Historia Fotográfica – Tomo III – Página 230).

La insistencia en una mejor organización que el resto de empresas industriales de la ría, ya fuesen astilleros, conserveras, etc., también es citada por Miguel Costa Fernández (1937), «la organización más eficaz del trabajo se dió en Ascón. Los obreros de Ascón, a mediados de la década de 1960, ya podían permitirse comer en el bar: no tenían que llevar fiambrera, ni que su esposa o su hija les llevase la comida, después se creó el comedor”, el horario eran siete horas continuas más tres horas extraordinarias – «la velada» – y la «acción concertada» del sindicalismo vertical les permitió tener a disposición de los trabajadores un economato, comedor o caja de compensación para bajas laborales de larga duración.

Podemos diferenciar dos etapas en la vida de Ascon

La primera etapa (1961-1975) correspondería a la propiedad de Román Dávila, la aparición de Pescanova y la apertura de una nueva factoría del astillero en Teis, Vigo.

La segunda fase (1976-1984) estaría marcada por el cambio de rumbo, la ampliación del cuadro de personal, la crisis económica y la liquidación de la empresa.

La plantilla de las dos factorías (Meira, Moaña y Teis, Vigo) está formada por un número creciente de empresas auxiliares que casi triplican el número de empleados de los astilleros (1.800 trabajadores en la empresa matriz, de los cuales 451 eran residentes en Moaña) – y 5.400 en empresas auxiliares llegaron a trabajar en el complejo naval) dando lugar a un microcosmos fabril organizado según las técnicas más avanzadas de la época en cuanto a logística, producción, control de tiempos, seguridad en el trabajo, política social, etc.

La percepción de Ascon por parte de los trabajadores era muy diferente en cada una de sus dos factorías 

En la percepción de los participantes en este proceso destacan algunas características sociales diferenciadas entre las dos factorías: la de Meira – la que cuenta con la mayor parte de la plantilla de Moaña – no participa en huelgas o movilizaciones laborales derivadas de los conflictos de las empresas Citroen y Barreras. en 1972, primer conflicto laboral y político de relevancia en la ría de Vigo durante el franquismo, sin embargo la factoría de Ríos (Vigo) es una de las que se suma a las movilizaciones obreras y políticas.

Los testimonios de este proceso sociolaboral utilizan conceptos distintos – para el caso de Moaña – para referirse a la masa trabajadora del astillero como el de proletariado mixto: político-sindicalmente conservador o indiferente, normativo y poco conflictivo.

La plantilla de la factoría principal de Ascon, en Meira (Moaña), de cultura rural y simbiótica, tendría un concepto de empresa como estrategia económica familiar transmitida de padres a hijos, asumiendo la cultura germánica, paternalista, autoritaria y vertical implantada por Guillermo Gefaell: los padres buscan la reproducción y supervivencia de los intereses familiares de al menos dos generaciones.

LAS VOCES DE ASCON Y GUARDAR LA GUÍA
Eugenio, Roberto, Enrique Santomé “Ricucho” y Manolo en Ascon en 1966. (Archivo de la A.C Nós. Libro «Moaña Historia Fotográfica» – Tomo III – Folio 223).

En la factoría de Vigo había una composición más joven, urbana y reivindicativa -especialmente en el sector de los aprendices – dentro de una organización del trabajo más horizontal, un proletariado urbano más activo y concienzado sindicalmente, según Alberto Ruíz Montero (1949), ingeniero naval y director de una de las factorías. 

Los productores de Moaña responden así a un modelo de asalariado que empleaba parte de su tiempo en labores complementarias o económicamente activas -cuidado de sus propiedades y viñedos, pesca o marisqueo durante las campañas anuales, lo que incrementaría el nivel de absentismo en la factoría – la masa obrera de Vigo, habitante de una ciudad y cultura cada vez más urbanas, con residencia en edificios colectivos y plena dedicación a su profesión fabril, aunque con la presencia de trabajadores de la periferia de Vigo que también combinan cultura agraria (horticultura, especialmente) y residencia unifamiliar.

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