UN OFICIO CON GRAN IMPORTANCIA EN MEIRA

Texto elaborado por Óscar Rodríguez Martínez, socio de A Illa dos Ratos, a partir de diversas fuentes y basado en el contenido de los paneles explicativos del Museo das Carreiras.

Como comentamos a lo largo de la ruta «La Moaña Marinera«, las mujeres han ido desempeñando un papel fundamental en las distintas actividades relacionadas con el mar. En este artículo hablaremos de un oficio que históricamente ha estado muy ligado al pueblo de Moaña, y más concretamente a la parroquia de Meira. Hablamos de las «carreiras», mujeres que trabajaban incansablemente bajo el sol, la lluvia o el frío en la fabricación artesanal de cuerdas y redes.

Existe un museo al aire libre dedicado a estas “Carreiras de Meira” que fue creado por iniciativa de la A.F.C.X Meiramar – Axóuxeres para explicar este oficio de confección artesanal de hilos y cuerdas que luego se usaban para fabricar o reparar los aparejos y artes de pesca que son de vital importancia para la gente de mar.

Según diversas informaciones, desde tiempos inmemoriales la parroquia de Meira ha sido una localización muy importante para esta actividad artesanal de fabricación de cabos y cuerdas

Estos productos se empleaban en diversos oficios, tanto agrícolas como marinos, y gozaban de cierto prestigio en los pueblos de los alrededores.

Para su elaboración se utilizaban distintos tipos de fibras vegetales existentes en la zona: hoja de caña, hoja de maíz, cebolla, vimbio y especialmente juncos y silvas.

LAS CARREIRAS DE MEIRA
Panorámica desde A Sobreira, monte de Abelendo, desde el que se observa A Xunqueira y la Illa de San Bartolomeu (1929). Archivo Fotográfico Pacheco, cedida para este artigo por la A.C. Nós.

Las silvas, una vez retiradas las espinas, se retorcían sobre sí mismas para separar las fibras y poder utilizarlas con diferente grosor según fuese necesario. Existe evidencia de que con algunas fibras de silvas y anzuelos de madera de boj se armaban sedales para la pesca de anguilas.

También se realizaron los llamados «sedeños», cuerdas largas y gruesas que se utilizaban para sujetar la carga del carro o remolque, a partir del pelo de las colas de los caballos o con pieles y tripas, siendo utilizadas en este último caso para la pesca de poca profundidad.

En Meira había más de veinte casas que habían instalado su taller en la línea

Varias fincas del «camiño da Barroca», en el barrio de O Pombal, se dedicaban al cultivo del lino. Eran patios traseros, largos prados cerca de las casas de los artesanos, en los que se montaba un cerco cubierto que servía para proteger a las personas y al material de las inclemencias del tiempo

Esta fibra de lino, una vez recolectada, se secaba y luego se remojaba en el «río da Mó», en Reibón, poniendo el lino en el mismo lecho del río pisado con piedras para que la corriente no lo arrastrara.

Después del remojo, se machacaba sobre una gran mesa de piedra y una vez peinado y preparado, las mujeres colocaban las madejas en sus cinturones y lo hilaban girando un huso con una mano mientras con la otra tiraban del lino.

LAS CARREIRAS DE MEIRA
Isabel Rosales, Carmen Sampedro y Carmen Martínez en la Cordelería de Lino Castilla de Meira de Arriba en 1958. Fotografía del archivo de AC Nós.

El nombre «carreiras» proviene del aparato rudimentario utilizado para hacer las primeras cuerdas que se fabricaron

En los orígenes de esta actividad y antes de la elaboración de un modo más industrial, para el trenzado de las fibras y la elaboración de los diferentes cabos y cuerdas, se utilizaba un aparato rudimentario que se conoció como “carreira”.

La «carreira» consistía en una tabla que tenía en un extremo unos ganchos que giraban y en los que se enganchaban las fibras que, sujetándose en el otro extremo, se entrelazaban pasando por el medio la guía o cabería. Con el efecto del trenzado, la longitud de las fibras se acortaba por lo que los ganchos giratorios estaban montados en la parte superior de un carro deslizante.

Del nombre de este rudimentario instrumento pensamos que proviene el nombre de las «Carreiras»aunque existen varias hipótesis sobre la etimología de la palabra «carreira» que nos lleva a pensar en este término como sinónimo de fila, que precisamente se empleaba para nombrar también a la disposición en línea del lino cortado en las fincas, para el que se utilizaban frases como “la hilera del lino”, “tejer el lino en la carreira” o “hace pallicos en la hilera”.

A finales del siglo XIX, la actividad se incrementó significativamente con la incorporación de innovaciones tecnológicas

Posiblemente el hecho de que la zona de Meira fuera ya un centro de localización de esta actividad, trajo, a finales del siglo XIX, a Alejandro Castilla Castaño.

Este hombre, nacido en 1851 en el Puerto de Santamaría (Cádiz), procedía de Cataluña, donde había ejercido como directivo en la importante industria textil catalana. La llegada de este gran conocedor de la maquinaria industrial utilizada en el sector, supuso el paso a una confección de hilos y cabos de forma más industrial y el nacimiento de las cordelerías, lo que convirtió a Meira en uno de los puntos más importantes del noroeste de la península, abasteciendo a todos los puertos pesqueros de la cornisa cantábrica.

Óscar Rodríguez Martínez
Presidente A Illa dos Ratos en | + artigos

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