ALGO MÁS QUE UN SOPORTE PARA EL RELOJ DE LA ALAMEDA VIEJA

Texto elaborado por Óscar Rodríguez Martínez, socio de A Illa dos Ratos y Antonio Iglesias Castro, soldador profesional que fue encargado de soldadura en Construcciones Navales Sto. Domingo y que fue uno de los artífices de la reconstrucción del quiosco meteorológico de Cangas. Fotografías cedidas por el propio Antonio Iglesias Castro y la A.C. A CEPA.

En el artículo de hoy contaremos la interesante y desconocida historia de una estructura icónica del pueblo de Cangas: el quiosco meteorológico sobre el que luce el reloj de la Alameda Vieja.

Para ir abriendo boca podemos adelantaros que el quiosco meteorológico que tenemos hoy en día es una réplica. El original, de 1908, se consiguió gracias a la iniciativa de D. Álvaro Guitián Delgado, Capitán del Puerto de Cangas, y a las aportaciones, entre otros, de los propietarios de las embarcaciones de pesca, los conserveros y al Ayuntamiento.

Cuando se hizo el nuevo relleno («o aterrado»), el quiosco fue recolocado en el otro lado de la alameda, pero poco tiempo después fue retirado debido a su deterioro y desapareció durante muchos años de la vida cotidiana de los cangueses.

Un quiosco meteorológico para ayudar a los marineros a conocer la previsión del tiempo y evitar desgracias en el mar

Tenemos que remontarnos al 8 de junio de 1906, fecha en la que D. Álvaro Guitián Delgado, un destacado militar republicano que por aquel entonces era Teniente de Navío de la Armada, fue nombrado Ayudante Militar de la Marina y Capitán del Puerto de Cangas.

QUIOSCO METEOROLÓXICO

Desde su llegada al cargo, demostró tener una gran empatía con las penalidades y desgracias que sufrían los pescadores del pueblo cuando salían al mar.

Para mejorar sus condiciones de trabajo propuso dotar al modesto puerto de Cangas de los más avanzados aparatos meteorológicos de la época con el objetivo de orientar a los marineros sobre las condiciones climatológicas que se iban a encontrar en el mar.

A tal efecto, D. Álvaro Guitián Delgado convocó una reunión en la Adjuntía de la Marina de Cangas a la que acudieron todos los patrones y armadores que había en el pueblo y, después de la misma, se creó una comisión especial presidida por él mismo que sería la encargada de la recogida de los fondos necesarios para la consecución de tan noble fin.

Los propietarios de las embarcaciones, los dueños de los vapores, de las fábricas de conserva, salazón y el Ayuntamiento fueron quién de ir haciendo aportaciones en la medida que les era posible.

Así, con el dinero obtenido se compraron los primeros aparatos, que fueron un barómetro y un termómetro de fabricación alemana.

A falta de decidir una localización definitiva, estos elementos fueron colocados provisionalmente en el escaparate de un comercio en la zona de la ribera con una fachada muy visible y que era propiedad de un empresario llamado D. Eduardo García Camiña.

La recogida de fondos continuó a buen ritmo y como se recaudó más de lo previsto, se convocó una reunión en la que los marineros decidieron optar por una estructura de quiosco.

Como colofón, el Ayuntamiento se ofreció a sufragar un “reloj” de cuatro esferas para la cúpula y fue entonces cuando comenzó la construcción de lo que sería el quiosco meteorológico original.

La estructura definitiva quedaría instalada finalmente el 19 de marzo de 1908 en la calle Progreso (actual Eduardo Vicenti), en el límite entre los dos barrios marineros y principales de la época, el Costal y el Sinal.

QUIOSCO METEOROLÓXICO
Mercado de Cangas hacia 1920 con el quiosco meteorológico original en su primera localización.

Con los nuevos rellenos del litoral, se decidió trasladar el quiosco meteorológico y el reloj a otro extremo del relleno

Corrían los años 50 del siglo pasado cuando se amplió la zona y la pequeña estación meteorológica de Guitián fue trasladada del Norte al Sur de la alameda que se acababa de construir, curiosamente hoy conocida como la “Alameda Vieja”.

QUIOSCO METEOROLÓXICO
Vista panorámica de la Alameda Vella, por aquel entonces recién inaugurada, con el quiosco meteorológico en su nueva localización.

Los años fueron pasando sobre la estructura del quiosco. Debido a la corrosión por el salitre y la falta de un mantenimiento adecuado, la estructura acabó bastante deteriorada.

Se apreciaba falta de pintura, mucho óxido y la parte inferior del quiosco estaba totalmente podrida por lo que, a pesar de que hubo un intento por repararlo, acabó siendo retirado.

El quiosco meteorológico y el reloj desaparecieron de la Alameda Vieja pero no del pensamiento de los cangueses

El hecho de la desaparición del viejo quiosco fue tan lamentado como lamentable. Su peculiar forma, su utilidad y antigüedad y, sobre todo, los estimables servicios que durante muchos años venía prestando a los marineros, lo habían convertido en un símbolo muy especial para toda la gente del pueblo.

Por esto, a pesar de su desaparición, el recuerdo del viejo quiosco meteorológico con su reloj de cuatro esferas seguía vivo, aletargado, en la memoria colectiva de Cangas.

El resurgir del quiosco meteorológico y el reloj de la Alameda Vieja, ligado a la figura de Avelino Avilés

Corría el año 1991 cuando a un vecino del pueblo llamado Avelino Avilés Martínez se le ocurrió construir una réplica en miniatura del antiguo quiosco meteorológico y ponerlo en el escaparate de su negocio de electrodomésticos.

La pequeña escultura despertó el interés de los habitantes del pueblo y poco a poco se fue creando una opinión pública favorable a su recuperación.

Aprovechando que justamente se iba a llevar a cabo una controvertida reforma de la alameda, en la que incluso se valoró mover la escultura dedicada a D. Félix Soage Villarino, varios vecinos organizaron una reunión con la Comisión Gestora Municipal encabezada por Mariano Abalo y lograron que el proyecto para recuperar aquel icono histórico del pueblo fuese costeado íntegramente por el Ayuntamiento de Cangas, aportando 5.101.600 de pesetas.

La construcción de la réplica se hizo en el bajo de la casa de Avelino Avilés que sería el encargado de coordinar el equipo multidisciplinar constituido para la ocasión

La formación del equipo encargado de reconstruir el quiosco meteorológico corrió a cargo del propio Avelino Avilés Martínez que había sido, a finales de los años 50 del siglo pasado, campeón de España de orfebrería en dos ocasiones.

Considerando los trabajos que iba a tener que hacer, reclutó para la causa a Emilio Padín García, mecánico electricista, y a Antonio Iglesias Castro, soldador profesional.

Antes de comenzar a trabajar aquel 25 de febrero, se encontraron con el problema de que no había planos del modelo original, así que tuvieron que recurrir a la revisión de varias fotos antiguas para tener una referencia.

Teniendo claro el diseño general, llegó el momento de valorar qué materiales se emplearían y decidieron que la mejor opción sería que el nuevo quiosco fuera realizado con una estructura en hierro fundido, chapa y acabados artesanales en bronce. Estos suministros corrieron a cargo de Tito Prieto López, que fue también quien ensambló en su taller las cuatro coronas ortogonales con molduras en fundición de hierro que sirvieron de base para el resto del quiosco.

El equipo comenzó a trabajar y a ellos se unieron Bladimiro Mielgo Iglesias, consumado artista local que se encargó de diseñar los modelos para los adornos especiales, y Ricardo Fernández Lago, quien se encargó del remate y matización de los bronces.

Fueron 74 días y muchas noches de duro trabajo para que el quiosco meteorológico estuviese listo para la inauguración de la remodelación de la alameda.

El equipo acabó su trabajo el día 9 de mayo colocando en la parte superior del quiosco meteorológico, un medidor de velocidad del viento con catavientos y señalización de los cuatro puntos cardinales, y un reloj de cuarzo con sonido de cuatro esferas. En la parte inferior, instalaron un barómetro, un termómetro, un higrómetro y un anemómetro.

Algunas fotografías del proceso de construcción de la réplica del quiosco meteorológico cedidas por Antonio Iglesias Castro

La instalación de la réplica coincidió con la inauguración de la reforma integral de la Alameda Vella

El día 9 de mayo de 1991 sobre las 22:00h, una comitiva formada por varios vehículos y una grúa de la empresa “Grúas La Vendimia” salió desde la casa de Avelino Avilés para transportar las piezas de la réplica hasta el lugar donde iba a ser inaugurada al día siguiente.

Camión de la empresa Grúas A Vendimia llegando a la Alameda Vella con la estructura del quiosco meteorológico.

La operación de montaje fue bastante delicada alargándose desde la 01:30 h hasta las 07:00 de la mañana, momento en el que el quiosco quedó oculto bajo unos plásticos. Incluso al día siguiente por la mañana, aún fueron precisas unas horas más para acabar de poner operativo el reloj.

Algunas fotografías del proceso de montaje del quiosco meteorológico en la madrugada del 9 de mayo de 1991, cedidas por Antonio Iglesias Castro

Por fin el 10 de mayo al atardecer se celebró la inauguración oficial de la reformada Alameda Vella con presencia de gran parte de los vecinos de Cangas que dieron una calurosa bienvenida al nuevo quiosco con aplausos y exclamaciones de admiración y alegría.

Actuación de la Banda de Música Bellas Artes de Cangas en el acto de inauguración.

La Banda de Música Bellas Artes puso la música y Cecilio Rial y Bernardino Graña unos versos compuestos para la ocasión y desde entonces, el quiosco meteorológico volvió a presidir la “Alameda Vella” y a ser de nuevo el punto de encuentro de los cangueses.

Cecilio Rial recitando un poema acompañado por Bernardino Graña el día de la inauguración.

Los artífices de la construcción de la réplica también aprovecharon para sacarse una fotografía delante del quiosco

Foto para el recuerdo en la que además del alcalde Mariano Abalo aparecen los miembros del equipo que trabajó en la construcción de la réplica del quiosco meteorológico y el reloj.

Para recordar la fecha de la vuelta a la vida del quiosco meteorológico y el reloj de cuatro esferas, pero sobre todo para homenajear a los artífices de tan excelente réplica del quiosco original, se colocó una placa que aún hoy en día puede leerse en uno de los laterales de la estructura.

«Feito en Cangas, baixo a dirección de Avelino Avilés Martínez, fruto da vontade e sentimento popular e coa colaboración de Emilio Padín García, Antonio Iglesias Castro, Tito Prieto López e Bladimiro Mielgo Iglesias. Cangas, Maio de 1991»

La Diputación de Pontevedra editó un libro sobre la historia del quiosco meteorológico de Cangas

Tras la recuperación del histórico quiosco meteorológico y el reloj de cuatro esferas de Cangas, llegó a manos de Avelino Avilés Martínez un curioso ejemplar de un folleto original del año 1908 que había sido editado por la Comisión de pescadores. En él se explicaba que, «bajo la presidencia de D. Álvaro Guitián, se dotó a la villa de un quiosco-estación meteorológica complementada con un reloj».

Además de hacer públicas las actas con los acuerdos adoptados al respecto, el documento incluía también una relación de ingresos y gastos del proyecto detallando quienes habían sido sus benefactores.

Este motivo empujaría a Avelino Avilés Martínez a trabajar en la búsqueda de más información con la intención de elaborar una nueva edición más extensa que sirviese para dar a conocer la historia de la icónica estructura canguesa y rendir tributo a las personas que habían impulsado su instalación a principios del siglo XX.

Ese nuevo libro sería editado por la Diputación de Pontevedra en el año 1992 bajo el título “Los kioscos meteorológicos de la Villa de Cangas” y completó de una manera brillante todo el trabajo que Avelino Avilés Martínez hizo para recuperar el quiosco meteorológico de Cangas.

Óscar Rodríguez Martínez
Presidente A Illa dos Ratos en | + artigos

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