UNA CONSTRUCCIÓN RURAL TÍPICA DEL PAISAJE GALLEGO

Texto elaborado por Liliana Cancelas Gargamala y Xabier Guardado Soliño. Socios de A Illa dos Ratos y Guías oficiales de Galicia. Fotografías de Evaristo Cancelas.

El hórreo gallego cumple la importante función de almacenar, mantener seco y proteger el cereal

El hórreo es uno de los elementos más reconocibles del paisaje gallego y, contrariamente a lo que algunos puedan pensar, no es una construcción meramente ornamental, sino que cumple una función: almacenar, mantener seco y proteger el cereal.

Para conseguir todo esto, por un lado, tenemos los elementos que componen el propio hórreo, como la peculiar forma de las «doelas» que permite la entrada del viento pero no de la lluvia; o el uso de los «tornarratos«, que impiden que dichos animales lleguen al cereal.

Y, por otro lado, la ubicación del granero dentro de la finca: una buena orientación es fundamental para el óptimo funcionamiento del granero. Una de las principales premisas es colocarlo en un espacio bien ventilado, en lugares expuestos a la acción de los vientos dominantes y no aprovechables para el cultivo. Lo habitual es que estén ubicados cerca de la casa porque será allí donde se aproveche el cereal guardado.

Existen varias hipótesis sobre el origen del hórreo

No está muy claro cuándo apareció el hórreo. Algunas hipótesis se remontan su génesis a la prehistoria; otros investigadores creen que su origen sería germánico, basándose en una urna funeraria encontrada en Obliwitz (Alemania) que tiene una forma muy similar a los hórreos actuales; otros lo derivarían de un tipo de casa asturiana anterior a la llegada de los romanos…

Sea cual sea su origen, con la llegada del maíz americano en el siglo XVIII, desapareció el granero habitualmente utilizado por los agricultores para almacenar el cereal, circular fabricado con mimbre entrelazado, dejó de ser útil.

Fue necesario hacerlo más grande para que tuviera capacidad de almacenar las mazorcas y acondicionarlo para que el maíz terminara su ciclo de maduración bien ventilado, seco y a salvo de la lluvia.

La necesidad de protección de la humedad hace que solo encontremos hórreos en zonas muy concretas de la Península

En general, podemos distinguir dos tipos de hórreos: los cuadrados situados desde Vizcaya hasta Asturias incluyendo zonas del norte de León, Palencia y en algunos pueblos de la montaña de Lugo. Y los hórreos rectangulares de Galicia y Portugal, incluidas algunas regiones del oeste de Asturias.

En cualquier caso, su forma y tamaño dependerá del espacio disponible en la era y del volumen de la cosecha, por lo que el gran tamaño de los hórreos en casas rectorales o pazos nos da una idea de la ingente cantidad de grano que se cobró como renda.

Los hórreos gallegos tienen formas muy variadas

Aunque no lo parezca, la forma de los hórreos gallegos puede ser muy variada. Cuando miramos un granero podemos distinguir varias partes de abajo hacia arriba:

La SOLEIRA o CIMENTACIÓN: los graneros se suelen construir en zonas donde no es necesario hacer una cimentación, como una losa, por ejemplo. De esta forma, la «soleira» únicamente se utilizaría cuando el terreno está en pendiente o el suelo no es de buena calidad y es necesario tener unos cimientos para construir el granero.

SOPORTES: El prototipo de graneros que siempre se representa es el más común en la provincia de Pontevedra, y el oeste de Ourense y A Coruña. Son los graneros con PIES o COLUMNAS.

EL HÓRREO GALLEGO

Se trata de bloques de piedra (comúnmente granito) o de madera dispuestos de dos en dos y apoyados directamente en el suelo o en el umbral. Los pies pueden ser más anchos en la base para conseguir una mayor superficie de apoyo en el suelo.

Su altura va de 80 a 150 cm y se colocan a una distancia (claro o pasavento) de entre 1 y 1,5 metros. Alrededor de los pies no es raro encontrar «tornaformigas«, pequeños canales que se llenan de agua de lluvia e impiden el paso de hormigas y otros insectos.

Pero lo cierto es que los soportes pueden ser mucho más variados. El granero con CELEIRO tiene la cámara sobre cuatro paredes. Tradicionalmente eran de mampostería, pero las más modernas son de ladrillo.

Para aprovechar este nuevo espacio se abre una puerta y se puede utilizar como almacén para guardar, por ejemplo, patatas o judías, aunque también podemos encontrar algunos ejemplos en los que el granero es macizo como en la zona de Vilalba.

Un tipo intermedio es el de CEPAS o MUROS TRANSVERSALES, que son pequeños muros que se colocan paralelos a la parte más corta de la cámara y del mismo ancho. Su número depende de la longitud del granero, siendo el mínimo dos y lo habitual tres, uno en cada extremo y otro en el medio. Su altura y distancia sería la misma que la de los pies.

Separando los soportes de la cámara se encuentran los TORNARRATOS o MOAS (mós en muchas zonas de Galicia, como el Morrazo) cuya función es evitar que los roedores accedan al cereal almacenado. Miden unos 50 cm de diámetro y 10 cm de altura. Cuando esta pieza está colocada encima de dos pies se llama mesa y es habitual encontrarlas en Ourense y en Portugal.

Ahora viene el GRADE, que es una estructura formada por cuatro vigas que sirve de base para la cámara. Las medidas de las vigas de los lados largos (paredes costales) dependen de si son de madera (entre 4 y 5 m.) o si están construidas en piedra (entre 1,50 y 1,80 m) y será necesario utilizar varias piezas cuando el hórreo exceda esa longitud.

Y, por último, la CÁMARA, el espacio principal, donde se guarda el grano. De nuevo, dependiendo de la zona, puede ser de piedra, madera o mixta. El suelo también puede ser de madera de roble o castaño, o de grandes piezas de granito o esquisto.

En el caso de las cámaras de piedra, cada una de las unidades que componen la pared de la cámara se denomina doela y pueden disponerse de forma vertical u horizontal. Los hórreos de madera o mixtos a veces tienen la cámara pintada.

PINCHE es el nombre que reciben las piezas triangulares sobre las que terminan los muros penales (los de los lados cortos), que pueden tener unas sobrepenas en la parte superior, piezas que tienen como función proteger de la lluvia la unión entre el techo y el muro.

Cubriéndolo todo, la CUBIERTA. En términos generales, la cubierta de los hórreos mixtos y de piedra es a dos aguas y se utilizan los materiales propios de la zona: teja, pizarra o losas.

Por último, los REMATES o TERMINALES. Aunque es habitual que los hórreos de piedra y mixtos estén coronados con un pináculo por un lado y una cruz por el otro, lo cierto es que los extremos pueden tener diversas formas, como relojes de sol, santos, animales… y ser más o menos trabajados.

EL HÓRREO GALLEGO

Son más habituales en los graneros de piedra que en los de madera o mixtos. El motivo de colocar una cruz es que este símbolo sirve como protección divina para la cosecha. 

Por el contrario, los pináculos dan para mucha más especulación. Algunos autores consideran que se colocaría para propiciar la fertilidad de la tierra, de modo que la cosecha fuera abundante.

Castelao, en su libro Cruces de pedra na Galiza, nos habla de ello: “a cruz dos hórreos deseméllase da que santifica os fogares, porque non ten virtudes profiláiticas, senón consagratorias. O hórreo -tal vez con outra feitura- é anterior ao triunfo da Eirexa e denantes de ser cristianizado, foi obxeto de culto pagán ou cicáis fose mansión dalgún deus xa esquecido, que inconscientemente se representa no remate piramidal que acompaña á cruz”.

Mucho menos habitual (salvo en Bueu, donde tenemos una concentración importante) es colocar un reloj de sol, que serviría para orientarse temporalmente en el trabajo del campo.

EL HÓRREO GALLEGO

Lo normal es que los graneros no dispongan de ESCALERA fija para seguir impidiendo que los animales puedan acceder a la cámara, utilizando una escalera móvil. En el caso de la escalera fija, estaría situada a una distancia prudente del granero, sin conexión directa.

Si queréis saber más, podéis consultar los siguientes libros que sirvieron de bibliografía para este artículo:

  • Arquitectura Popular en Galicia de Pedro De Llano Cabado.
  • El hórreo gallego de Ignacio Martínez Rodríguez 
  • As construcións populares. Un tema de etnografía en Galicia de Begoña Bas.                  
  • Cruces de pedra na Galiza de Castelao
  • As construccións da arquitectura popular. Patrimonio etnográfico de Galicia de Manuel Caamaño Suárez.
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