QUIZÁS ALGO MÁS QUE UNA SIMPLE TEORÍA
Texto elaborado por Nuria Otero Desojo, Guía Oficial de Galicia. Fotografías cedidas por el fotógrafo santiagués Xaime Cortizo.
«Solo unos pocos encuentran el camino, otros no lo reconocen cuando lo encuentran, otros ni siquiera quieren encontrarlo». Lewis Carol, Alicia en el país de las maravillas.
El Camino de Santiago se ha convertido con el tiempo en una ruta turística monumental de éxito internacional, revitalizando un camino medieval
Hay quienes han dicho con razón que en la tumba del apóstol «hay lugar tanto para el hallazgo como para la invención» porque igual de fantásticos son sus resultados.
El descubrimiento de los restos de Compostela desató uno de los mayores movimientos de masas de la cristiandad, formando desde el año 1000, una red de recorridos, conocida en su conjunto como los Caminos de Santiago, y como había dicho Goethe, de la peregrinación a Compostela nació Europa y su identidad.
Los peregrinos que frecuentan estos itinerarios en las últimas décadas tienen motivaciones tan diversas como las que mueven la compleja sociedad contemporánea en la que vivimos y a la que pertenecemos. Para algunos sigue siendo una ruta esencialmente religiosa, pero para muchos las motivaciones espirituales, paisajísticas, patrimoniales, artísticas, turísticas o de simple placer de volver a la movilidad lenta, son el principal impulso para ir a Santiago de Compostela.
Entre los caminos oficiales, el único que está completamente delimitado, declarado BIC y Patrimonio de la Humanidad, es el Camino Francés (apartado especial por tramos merecerían el Camino del Norte y el Camino Primitivo). Los siete caminos oficiales restantes estarían catalogados a la espera de su plan integral para su delimitación, caso de los caminos portugueses, tanto el interior como el de la costa, siendo este último en el que encuadraríamos el Camino de Santiago de paso por Cangas, ya sea como parte de una ruta marítima, ya sea para seguir a pie por rutas medievales o, quizás, para dar un abrazo al propio apóstol, ya que en Cangas, parece ser que a partir de 1706 se concedía el perdón de los pecados de la misma forma que en la Catedral de Santiago.
El Camino Portugués por la Costa, atraviesa el Miño en ferry, de Camiña a A Guarda, continuando por Oia, Baiona, Nigrán y Vigo, para unirse al Camino Interior en Redondela, localidad con tradición de encrucijada ya sea de caminos medievales, de hierro o contemporáneos. Sin embargo, la ruta marcada por Chapela y Rande no existiría hasta mediados del siglo XVIII.
En este contexto, se podría plantear la posibilidad del paso de peregrinos desde Vigo por mar a Cangas do Morrazo, que luego podrían continuar a pie hasta Pontevedra, por senderos históricos medievales, formando así parte de la ruta del antiguo Camino Portugués por la Costa
En el Morrazo hay pocos documentos de localización de las rutas medievales, pero a partir de los caminos reales, podemos diseñar una ruta principal que daría vuelta a la Península, además de travesías que unían las dos costas, atravesando la zona montañosa.
Por tanto se trataría de una ruta que llegaría desde Tui por diferentes ramales hasta Vigo, que luego atravesaría unas 4 millas por mar para llegar a Cangas y podría continuar o por el cruce conformado por la Madalena, Daravelo, y Monte Castelo, o por el cruce de Coiro, Portela, Santiago de Ermelo, ambos de San Martín de Bueu. El camino continuaría hacia Marín por la Torre de Cela, cruzaría el río Loira y continuaría por Lourizán, convergiendo en Pontevedra con el resto de caminos portugueses.
Otra posibilidad sería que los peregrinos llegados desde diferentes lugares y medios, embarcaran por mar desde Cangas, a través de una ruta marítima hacia Bouzas (donde el “caballero de las Conchas” caminó sobre las aguas), navegarían rumbo a Baiona, para luego continuar hasta la desembocadura del Ulla-Umia, siguiendo el curso del río hasta Pontecesures-Padrón.
Como curiosidad, cabe destacar que a día de hoy el Club Náutico de Rodeira forma parte de la denominada Travesía Náutica Xacobea, una ruta de peregrinación por mar, con parada en los puertos asociados a Asnauga e incluso sellando las credenciales, que incluye Cangas.
Existen varias singularidades relevantes para justificar la localidad de Cangas como lugar de paso del Camino de Santiago
Por diversos factores parece claro que Cangas pudo haber sido un lugar de peregrinación a Santiago, con hospital incluido, y hay publicaciones de investigadores locales que defienden esta hipótesis.
Un primer elemento que llama poderosamente la atención es la urna de las reliquias, la cruz de Santiago, la concha de peregrino y el bastón del peregrino que aparecen en el escudo de armas de la localidad de Cangas, además del sol dorado.
La segunda singularidad sería el hecho de que la parroquia de Cangas celebre las fiestas patronales en honor al Cristo que no quiso arder en la invasión turca de 1617, pero su patrón, para muchos olvidado, es Santiago.
La imagen sentada del Apóstol preside el retablo barroco en madera policromada de la antigua colegiata, uno de los mejores de este estilo en Galicia, donde también destaca otra imagen de Santiago Matamoros.
En el contrato de construcción del retablo encontramos una referencia expresa a su función, que los peregrinos pudiesen abrazar al Santo, subiendo las escaleras por el lado de la epístola y bajando por el lado del evangelio
En el siglo XVIII, llegó a Cangas Don Gonzalo de Nogueira y Araujo, comisario del Santo Oficio de la Inquisición y prior de la colegiata, y ordenó la construcción de un nuevo retablo, con Santiago Apóstol como eje principal.
El maestro que ejecutó el retablo, Domingo Rodrigo de Paço, de la parroquia de San Xoán de Fornelos, tuvo que transformar la talla de Santiago a caballo en un Matamoros, es decir, con moros en las patas del caballo.
La devoción a Santiago también queda reflejada en la escultura de la «Fonte do Cabalo» que encontramos en el atrio de la Ex-colexiata
Esta imagen ecuestre de Santiago Matamoros es obra del magnífico escultor Cerviño, y llega a nuestros días bastante deteriorada como consecuencia de varios actos vandálicos como la castración realizada por un sacerdote de la época o los continuos ataques de los últimos años.
Otro aspecto relevante para justificar el paso del Camino de Santiago por Cangas es que está documentada la existencia de un Hospital de Peregrinos en el siglo XVI
Muy cerca de la antigua colegiata de Cangas, aún hoy podemos ver el edificio que en el siglo XX albergó la escuela del Maestro Barbicas. Parece que en el mismo lugar, anteriormente, se encontraba el antiguo Hospital de Peregrinos de Cangas, ya que de él se conserva un arco de medio punto de la primitiva fachada en el interior del edificio actual, adornado con bolas. No sabemos nada de su fundación, pero los antiguos hospitales dependían de la Iglesia y asumían la obra caritativa de lugar de acogida de peregrinos.
En el caso de Cangas desde 1711 también existía una capilla, que formaba parte del conjunto hospitalario. Esta estuvo ubicada precisamente en la calle Hospital hasta que en la década de 1960 el terreno que ocupaba fue vendido a la Caja de Ahorros de Vigo. La edificación fue desmantelada y, tras muchos años en el olvido, fue reconstruida en 2002 por el Ayuntamiento en los Xardíns do Sinal.
Por si todas estas referencias no fueran suficientes para ilustrar la idea que estamos defendiendo, el 25 de julio se celebraba la fiesta patronal con una Danza de Peregrinos, recuperada de los tiempos en que se celebraba la procesión de Santiago. En esa época el santo era bajado del altar y llevado en procesión por la gente, para luego regresar para que los devotos le dieran un abrazo al patrón.
En este año 2021 se abre la Puerta Santa de la Catedral de Santiago y, en la antigua colegiata de Cangas, la imagen del apóstol ya está frente al altar
En este caso la talla de Santiago sentado se bajó debido a las obras del retablo, ya que, a causa de la pandemia, los vecinos de Cangas no pueden darle un abrazo al apóstol en este año jubilar.
Ya sea fábula o invención, leyenda o fe, dicen que el apóstol Santiago predicó el evangelio por las tierras del Morrazo, junto con Epitafio, obispo de Tui. Dejemos entonces la tradición con sus leyendas, y para los descubrimientos probemos con un poco de carbón.
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