UNA MUJER ANIMOSA, MUY PRESENTE EN LA VIDA DE CANGAS
Texto elaborado por Óscar Rodríguez Martínez, socio de A Illa dos Ratos a partir de la información obtenida de diversas fuentes y fotografías cedidas por la propia Celia.
Celia Fernández Requejo «La frutera» (Cangas, 1968), también conocida como Celia de ADICAM, es una mujer reconocida en todo el Morrazo por su vitalidad, positivismo y buen humor, pero también por participar activamente en el Carnaval, la Navidad y en las diferentes actividades organizadas por colectivos como ADICAM, la Asociación de Alfombristas Cunchas e Flores o Cangas Vella.
Celia Fernández Requejo «la frutera», es la menor de dos hermanos y pasó sus primeros años en casa de su tía en Salgueirón
Nuestro protagonista nació en 1968 en una de las casas que se encuentran justo frente a la entrada de Frigoríficos do Morrazo. Su padre solía estar embarcado en Sudáfrica o las Malvinas, por lo que cuando su tía enviudó, su madre no dudó en dejar la casa familiar en la calle San José y mudarse con su hermana y sus tres hijos pequeños.
Precisamente allí vino a este mundo la pequeña Celia y fue en el Salgueirón donde vivió parte de su infancia bajo la influencia de la gran fábrica de Massó: la sirena, el olor a cachalote, los barcos que venían a descargar… Recuerdos que guarda con mucha claridad a pesar del paso del tiempo.
Celia Fernández Requejo estudió en la Compañía de María de Cangas, donde conoció a Fina Acuña, y luego empezó a trabajar en la frutería familiar
La pequeña Celia estudió en el colegio Compañía de María. Fue allí donde conoció a Fina Acuña Graña, que se convertiría en una de sus mejores amigas y que, años más tarde, como contamos en nuestra ruta «Historia de las mujeres de Cangas«, sería la impulsora de ADICAM.
Su amistad sería para siempre, a pesar de que durante un tiempo cada una de sus vidas transitase por caminos diferentes. Fina encontró cierta estabilidad trabajando en el Alcampo de la Avenida de Madrid de Vigo y Celia intentó asentarse en el negocio familiar, una frutería regentada por su madre en el número 3 de la calle Manuel Graña.
Pero llegó un momento en que una joven inquieta como Celia quería probar otras cosas, así que, para ganar más dinero y sentirse un poco más independiente de sus padres, no dudó en aprovechar la oportunidad de trabajar en la conservera CONNORSA de Vilaboa. Allí pasó 3 años entre 1986 y 1989 hasta que quedó embarazada y se casó con su marido.
Para conciliar mejor trabajo y maternidad, Celia decidió volver a la frutería familiar tras tener a su primera hija
Aquel negocio familiar había surgido de forma natural y como evolución lógica de la actividad que venía desempeñando desde hacía muchos años Mucha «A Pelusa», la madre de Celia.
Antes de montar la frutería situada en la calle Manuel Graña, «A Pelusa» tenía un almacén en la calle Cega de Cangas, donde acumulaba principalmente las manzanas que traía desde la Estrada o incluso desde Ponferrada, y además de venderle fruta a los marineros de la ribera, también iba por la calle con el carrito lleno de fruta en busca de clientes.
Celia volvió al negocio familiar tras dar a luz a su primera hija y cuando Mucha se jubiló, tomó el relevo. Con el paso de los años se convirtió en una gran vendedora, pero también en una agricultora incansable que trabaja el pequeño terreno que tiene en casa y una finca de la familia de su marido en el que antiguamente había vides y donde ahora cultivan algunas de las cosas que vende en la frutería.
A Celia le diagnosticaron linfoma de Hodgkin en 2013 y eso cambió su visión de la vida
En una cita médica a la que acudió con cierta preocupación, a Celia le diagnosticaron linfoma de Hodgkin. Al salir de la consulta habló por teléfono con su madre, quien curiosamente se había quedado acompañada por Fina Acuña, y no tuvo el valor de decirle que acababan de confirmarle que padecía este tipo de cáncer.
Al llegar a casa, Fina se acercó a ella para felicitarla porque creía que le habían dicho que todo estaba bien, pero Celia le explicó que había mentido porque no quería disgustar a su madre y que lamentablemente no traía buenas noticias.
Siempre se dice que en estos casos es muy importante mantener una buena actitud y Celia no dejó que la enfermedad le quitara ni un ápice de su positivismo.
Al principio intentó seguir con normalidad con su actividad laboral, pero como su hija acababa de terminar sus estudios de Educación infantil y la ayudaba en la tienda, decidió contratar también a su cuñada y aprovechar las tardes para hacer actividades.
Según sus propias palabras, la intención era «disfrutar del momento y de lo que hago« y en ese sentido, ADICAM, de la que era miembro desde el principio, fue un espacio donde compartir sus inquietudes con las compañeras y un apoyo muy importante para afrontar mejor el aspecto psicológico y las consecuencias del tratamiento.
Participaba en todas las iniciativas que se llevaban a cabo y fue en una convivencia de mujeres que ADICAM organizó en Panxón donde conoció al Dr. Jorge Cameselle, por quien Celia siente un gran cariño y admiración y que hasta el día de hoy es su inseparable compañero en las sesiones de risoterapia que organizan. Empezaron haciéndolos para distintos tipos de colectivos como Aspamsim o Alento, pero también llevaron alegría a la planta de pediatría del Hospital Álvaro Cunqueiro y trabajaron con personas con síndrome de down, síndrome de crohn, ictus, etc.
Precisamente en las instalaciones de la asociación Alento en Navia impartieron talleres de risoterapia a socios de diferentes asociaciones y formaron a sus monitores para que pudieran realizar este tipo de actividades en sus centros. Gracias a ello, ahora dedican todo su tiempo a las cuatro delegaciones de ADICAM y solo participan con otros grupos cuando estos lo demandan.
Durante los últimos años, Celia participa activamente en muchos de los eventos y actividades que se organizan por todo el Morrazo
Celia está muy presente en la vida social de todos los pueblos del Morrazo, ya que forma parte de muchos colectivos y siempre está dispuesta a colaborar con otros si lo necesitan, sobre todo desde que es presidenta de la Asociación de Comerciantes Cangas Vella.
Cada año prepara un disfraz diferente para cada día de Carnaval, utilizando materiales reciclados como globos, redes de ajos, cintas, etc. y su creatividad llega a tal nivel, que sus clientes pasan expresamente por la frutería para admirar en primicia sus modelos.
Para Samaín no deja de sorprendernos cada año con una nueva «performance» acompañada de sus fieles compañeros (La familia Adams, los malos de Disney o el Rey León) y en Navidad también es una de las personas más animosas para poner ambiente por las calles del pueblo, incluso en fin de año.
Además, desde hace un tiempo está al frente de los vecinos que confeccionan las alfombras florales con motivo del Corpus Christi en Cangas. Desde muy pequeña ya participaba haciendo una alfombra en la calle donde su madre tenía la frutería, así que cuando fueron faltando las personas mayores que dirigían, Celia decidió dar un paso adelante para que no se perdiera la tradición y ahora es la encargada de diseñar los dibujos y gestionar el material de una alfombra que ha crecido año tras año hasta alcanzar los 98 metros.
También milita en la Asociación Cunchas e Flores de Bueu y anteriormente formó parte de la Asociación de Alfombras de Bueu. Con ella viajó a México y participó en varios encuentros con alfombristas de toda Galicia y España, pero también de Bélgica, India, Alemania, Japón, Guatemala, Italia o Portugal.
Y no podemos olvidar su faceta como miembro de la Marea Azul, apoyando cada semana al Balonmán Cangas tanto en el Gatañal como en sus desplazamientos: Nava, Alcobendas, León, Santander, … un sentimiento que lleva en lo más profundo de ese gran corazón que tiene, desde que siendo niña, acompañaba a su padre a ver los partidos en el antiguo pabellón de Romarigo.
Recientemente, ha recibido un reconocimiento de ADICAM
El pasado 7 de octubre ADICAM decidió hacerle a Celia un merecido reconocimiento tanto por su implicación en las actividades de la asociación como por ser ejemplo, apoyo y referente para muchas mujeres que en su momento tuvieron que pasar por algún tipo de cáncer de mama o ginecológico.
Tal y como tituló Faro de Vigo, Celia es «una mujer imprescindible». Nos permitimos añadir «orgullosa canguesa, trabajadora y siempre dispuesta a aportar su entusiasmo y positivismo para mejorar la vida de las personas«.
Nos gustaría agradecer a Celia por su colaboración a la hora de elaborar este artículo. Fue un verdadero placer que compartiera con nosotros algunos detalles de su vida, sus recuerdos y vivencias. Estamos convencidos de que Cangas sería un lugar mucho mejor si hubiera más gente como ella.
Óscar Rodríguez Martínez
-
Óscar Rodríguez Martínezhttps://ailladosratos.org/es/author/oscar/09/02/2021
-
Óscar Rodríguez Martínezhttps://ailladosratos.org/es/author/oscar/11/02/2021
-
Óscar Rodríguez Martínezhttps://ailladosratos.org/es/author/oscar/11/02/2021
-
Óscar Rodríguez Martínezhttps://ailladosratos.org/es/author/oscar/12/02/2021
Leave a Reply